
El Cerebro, dentro de su surco corre sereno, pero si dejaras que una astilla se desvíe poner las corrientes en su sitio, cuando riadas han partido las colinas y abierto una ruta de peaje por sí solas y arrasado los Molinos
#556 Emily Dickinson
El cerebro, dentro de su surco, está inicialmente enfocado en el camino deseado. Sin embargo, una pequeña «astilla» puede descarrilar el «cerebro» de su curso y abrir las compuertas de varios pensamientos, incluidos los dolorosos y los furiosos.
La ‘astilla’ como metáfora de un impulso que puede influir en la mente.
Si no logramos controlar nuestras emociones o la corriente furiosa inducida por el impulso, se desencadena el caos u otra forma de defensa mental, y arrasar con los ‘molinos’ simbólicos donde se procesan los pensamientos.
La astilla aparece cuando hay un desequilibrio entre la razón, nuestras emociones, nuestro cuerpo…
La comunicación es como respirar, la necesitamos; no somos si no comunicamos y comunicamos según lo que somos.
Respiramos de forma inconsciente pero cuando la convertimos en una acción consciente, podemos eliminar tensiones acumuladas en nuestro cuerpo. Respirar controladamente nos permite anclarnos al aquí y al ahora y controlar nuestras respuestas ante unos sentimientos y emociones que a veces nos pueden dominar.
De igual manera, hablamos de forma, si no inconsciente; sí autómata muchas veces. Cuando hablamos de forma consciente, comunicamos atendiendo a lo que se dice, a cómo se dice; sintonizando lo que se siente con lo que se expresa y con lo que siente la otra persona.
El resultado de esta comunicación es una mayor conexión con el mensaje y con la otra persona, lo que reduce los malentendidos y facilita el vínculo.
Comunicar es conectar. Con nosotros, con la palabra, con nuestra experiencia; con los demás. Y para conseguirlo, es necesario fluir.
Fluir para conectar con nosotras para conectar con los demás.
Y para fluir es mejor tomar conciencia de nuestro cuerpo y emociones.
Este es el objetivo de este taller:
Fluidez no solo en la expresión verbal y corporal, fluidez para no sentir incomodidad ni bloqueos.
Reconectar con nuestro estilo comunicativo desde nuestro fluir.
¿Cómo lo haremos?
A través de las palabras, la música y la poesía.
Porque los versos, las metáforas y todo recurso poético hace de la palabra un detonante psicológico. Nos permite sentir, ver y comprender el mundo de una manera más rica y compleja. El uso de simbolismos incrementa la introspección, el sentido crítico y la mentalidad reflexiva. Además, favorece que conectemos con nosotros mismos y lo que nos envuelve a otro nivel.
Estimula la imaginación, porque jugar con las palabras nos invita también a jugar con la realidad y reinventarla, a verla desde múltiples prismas.
Uno de los grandes errores que cometemos al apuntarnos a un taller de comunicación es el de hacerlo con el ‘tener que’ en la mente.
Si albergamos algún bloqueo o resistencia respecto a la comunicación, ya sea con nosotros o con los demás; los reforzaremos más si cabe. Como resultado, sentiremos nuestra comunicación mucho más forzada.
En este taller partimos de la fase previa a la comunicación, nos centramos en nuestra expresión libre como única vía para redescubrir nuestra voz.
Palabra y cuerpo. Nuestro cuerpo es la puerta de acceso a nuestro mundo interno. Si queremos regular lo que está ocurriendo dentro de nosotros, es necesario dedicar tiempo de conexión y escucha y reconocer porqué se desequilibra.
¿Nos sacamos la astilla?
Aportación de 20€
Gratuito para alumn@s de la Escuela de Oratoria y coworkers de Genion Lab.