Sí, has leído bien: TEATRO Y EMPRESA.
No hablo de culturizarse, que siempre nos viene bien, sino de practicar teatro y técnicas de improvisación como una herramienta súper potente que va a ayudarte mucho en tu proyecto emprendedor y/ empresa.
La improvisación es, probablemente, una de las dos o tres competencias fundamentales que las empresas tendrán que aprender. John Kao, Harvard Business School
A través del teatro puedes aprender a poner de forma natural el 100% de ti mismo/a para transmitir esa pasión que sientes por tu proyecto a los demás, ya sean éstos potenciales clientes, proveedores o inversores.
No solo se trata de llevar un papel aprendido, sino de interactuar con tus compañeros, reaccionar y saber reaccionar y gestionar cuando alguien se sale del guión, jugar con el sentido del humor, dirigirte directamente al público… te ayudará a encontrar fluidez, innovar y ser creativo (pensar «out of the box«, eje fundamental del design thinking), saliéndote del patrón establecido y diferenciándote de la competencia.
Además, una de las claves del teatro es la escucha activa. Es crucial prestar mucha atención a las propuestas de nuestros compañeros. Escuchar con los cinco sentidos.
En Design Thinking también es importante la escucha activa. En la fase de Empatizar, cuando estamos hablando con las personas implicadas en el proyecto, tenemos que realizar una escucha activa. Debemos estar plenamente concentrados en lo que nos están contando y no tanto en lo que nosotros queremos aportar de forma impulsiva a la conversación. Se trata de mantener nuestra mente en el presente, en lo que se está diciendo, no en lo que vendrá.
Los disparadores creativos
Edward de Bono (1994) en sus libros sobre Pensamiento Lateral habla de los llamados disparadores creativos o provocaciones. Se trata de pequeños hackeos a nuestra mente para fomentar nuestra creatividad.
En improvisación teatral hay multitud de ejercicios de calentamiento mental que se utilizan para poner la mente en un estado de creatividad máxima de cara a salir a escena. Se trata de juegos que pretenden dos cosas: despejar la mente de todas las interferencias del exterior (problemas del día a día, estrés, preocupaciones) y entrar en un estado de alerta que provoca que nuestra mente esté preparada para entrar en un proceso creativo (en este caso, crear escenas de la nada). Gracias a estos ejercicios previos, nuestra mente entra en un estado propenso a la generación de nuevas ideas. Durante estos ejercicios se eliminan barreras y tabús autoimpuestos, se despeja el pensamiento de agentes externos y se activa la mente creativa de todos los miembros del equipo. Y además son muy, muy divertidos.
Tienes una presentación importante o estás preparando tu elevator pitch y dos horas antes ya estás sudando. Por supuesto, el teatro te ayuda a gestionar estos nervios y a, una vez te conviertes en el centro y foco de atencion, dar lo mejor de ti mism@.
Aprender e interiorizar habilidades creativas y comunicativas a través del teatro es una de mis especialidades ¿te apuntas?