¿Quieres que el público te ame?
Lo primero que pensamos cuando nos toca hablar en público es que los oyentes nos van a juzgar (mal) cuando en realidad, nada le gustaría más al público que emocionarse con el viaje que les propones.
Porque eso es hablar en público, proponerles un viaje. Un viaje emocional.
Todo discurso es solo una charla: tú, compartiendo tu pasión (amor) por el tema. El peligro (como en cualquier relación) es que puedes enamorarte de la persona equivocada. En este caso, tu contenido y no tus oyentes. Es fácil tener una relación profunda con tus notas o tu PowerPoint porque has tenido más intimidad con ellos durante más tiempo que con un público que no conoces.
Pero ten cuidado, tu discurso no te va a corresponder… el público sí.
Hablar en público es cuidar la relación con tus oyentes y ya sabemos a estas alturas que las relaciones dependen de la inteligencia emocional y el cuidado mutuo.
Las relaciones importan mucho más que los hechos
Por supuesto que todos queremos hacerlo bien cuando hablamos en público. Es parte de lo que nos hace humanos: el deseo de quedar bien ante los ojos de los demás. Pero eso dirige nuestra atención exactamente en la dirección equivocada: hacia nosotros mismos y no hacia los demás.
… y así, no enamoramos.
Te propongo entender cómo podemos enamorar al público, por supuesto, sin ansiedades ni tensiones; sino, disfrutando del amor.
¿Te vienes?
¡Si vienes a las 15:45h te invito a un café! … y charlamos antes de la sesión 🙂
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